Estaba en Cali, Colombia, cuando Beatriz, la dueña del hostal donde me hospedaba, me dijo: «Ya sabes Roberta, solo personas especiales vienen a esta casa, enviadas por los ángeles, porque yo tengo una conexión con ellos …» .
En ese momento pensé que estaba loca…
Unos meses después estaba en Bogotá, en la casa de Sandra, a quien había conocido a través de Airbnb. Una noche, antes de irse a dormir, entró en mi habitación y me dijo: «Sabes Roberta, solo personas especiales vienen a esta casa, enviadas por los ángeles, porque yo tengo una conexión especial con ellos …»
Apenas podía creerlo, ¡me había dicho exactamente las mismas palabras!
Comencé a leer mucho, a informarme, a participar en seminarios, cursos y a conocer personas relacionadas con el mundo de la meditación y la espiritualidad. ¡Comprendí que yo también tenía esta conexión y que aún no la había descubierto!
Un día un amiga me preguntó si quería dirigir una meditación. Acepté, y desde ese día comencé a hacerlo con frecuencia, ayudando a otras personas a sentirse bien gracias a las técnicas de meditación que aprendí a lo largo de los años.
¿Qué puedo hacer por ti?